29 enero 2010

Toneladas de pan acaban en la basura

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Los españoles no podemos comer sin pan. Es nuestro alimento estrella, el más natural y básico. También el más diverso, pues sólo en España tenemos más de 300 variedades diferentes de todos los tamaños, formas y texturas.
No por casualidad, su consumo ha estado siempre rodeado de un aura de sacralidad. ¿Recuerdas? Nuestras abuelas lo besaban si se caía al suelo, nunca se podía poner boca abajo ("Llora la Virgen"), se le hacía una cruz al amasarlo y se guardaba en bolsa blanca. “Está bendito”, nos decían. Si se tiraba al fuego se alimentaba al diablo, y si se le pinchaba con el tenedor se atraían desgracias a la casa.
En los pueblos se cocía a lo sumo un par de veces a la semana y, a decir de nuestros mayores, cuanto más duro se quedaba más rico estaba. Nunca se desperdició un solo mendrugo, por lógica y por que hacerlo daba mala suerte. El sobrante, si es que alguna vez sobraba, se usaba para empanar carnes, hacer torrijas o dar consistencia a las sopas, tanto las de leche de los desayunos como las de ajo de las comidas. Pero todo eso era antes.
Ahora seguimos comiéndolo, aunque ajenos a supersticiones ya no lo reverenciamos. En realidad lo desperdiciamos. Al día siguiente de comprado lo consideramos duro y lo tiramos. Da igual que caiga hacia arriba o hacia abajo. Como resultado, miles de toneladas de pan fresco acaban todos los días en el vertedero. Según las estadísticas más conservadoras, un 30 por ciento de todo lo que se elabora al año en España, 660 millones de kilos de los 2.200 producidos, terminan en el cubo de la basura.
Pienso en el hambre en el mundo, en la tragedia de Haití, y se me cae la cara de vergüenza. Con todo este despilfarro podríamos ayudar a mucha gente, reciclándolo, repartiéndolo, pero no lo hacemos. Preferimos comprar todos los días el pan calentito.
Pero seamos positivos. Aportemos entre todos soluciones.
Una fantástica es la de la ONG francesa Pan contra el Hambre. Sus voluntarios recogen por las panaderías todo ese pan duro, lo preparan como comida para animales, y el dinero de la venta lo destinan a proyectos de ayuda al Tercer Mundo.
Seguro que se pueden hacer otras muchas cosas para acabar con este despilfarro. ¿Qué ideas se te ocurren a ti para no desperdiciar el pan duro? Por ejemplo, yo se lo llevo a mi madre y lo raya, luego enpana filetes con el y le salen ricos ricos.

Un saludito

Fuente: blogs.20minutos.es/cronicaverde

7 comentarios:

ainm dijo...

Joe, ¿soy la única a la que le gusta el pan duro? XD

No sé, en mi casa no se tira el pan nunca. Se mete un rato en el horno y está más bueno que recién comprao, más triscón...

De todas formas es buena idea y espero que se lleve a cabo en más sitios, y no sólo con el pan. Que también se desperdicia el resto de la comida, y lo que no es comida. Que a veces se ven cosas tan nuevas en los basureros que dan ganas de llevárselas para casa O.o

Besotes.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Manolinvicio, pues si esa es una buena alternativa, lo mismo que utilizarlo para la sopa castellana o para torrijas. Para estas dos cosas el pan duro no tiene precio.

Un abrazo
el lio de Abi

PEDROHUELVA dijo...

el pan duro, es como la tonica, hay que probarla.
por cierto, el pan mas rico que he comodo, fue en El Cairo. Cuando estaba duro, en la Ciudad de los Muertos, lo ponian a desecar, en los terraos , para alimentos a las gallinas.

Jose Antonio dijo...

Amigo, tengo muchos amigos panaderos y el pan no se tira, ni borrachos lo harían.
Pan duro es igual a pan rayado con sendos beneficios.
Pan duro es igual a comida para animales con sendos beneficios.

El pan que se tira es el de las casas, que no saben aprovecharlo para tostadas o sopas de ajo.

Un abrazo.

PD: La bollería tampoco se tira, se recoge y elaboran con ellas esas pastas de te que son tan caras.

PALOMA dijo...

Paso a leerte un ratito y disfrutar de tu blog ,niño siempre estamos ,espero estes bien .

Un besito muy grande Manu.

Leonor Rodríguez Rodríguez dijo...

Yo como soy una abuelita y además moderna, lo congelo y lo saco al otro día para servirlo y está miy bueno, todo lo aprovecho, no tiro nada.

Abrazos

Leonor

meg dijo...

Es una pena que muchos tiren el pan a la mínima: se pueden hacer pasteles sin tener que amasar, picatostes para los caldos y los purés, rebanadas tostadas para el paté y untadas de tomate para eljamón... Miiiilees de recetas para el pen sobrante. ¡Ah! y las sopas de ajo, en invierno, que no falten. Saludos